La propuesta actual, elaborada por el arquitecto Nelson Dupré —responsable del proyecto de restauración de la Sala São Paulo en los años noventa— se fundamenta en el respeto por la memoria y la identidad del espacio. Todos los nuevos elementos —escenario móvil, asientos retráctiles, camerinos, aseos, ascensores y acceso independiente—, se han incorporado de forma reversible, sin comprometer la integridad patrimonial del edificio. El proyecto propone una cuidadosa afinación: reorganizar el espacio como quien ajusta las vías para un nuevo viaje artístico.
El escenario modular —equipado con concha acústica y paneles desmontables— ofrece versatilidad para adaptarse a diversos formatos de eventos. El sistema de asientos retráctiles, con capacidad para 543 espectadores, puede replegarse en su totalidad, liberando el espacio para usos multifuncionales. Unas cortinas de diseño especializado combinan eficiencia acústica con transparencia visual, preservando la vista de los arcos históricos y enriqueciendo la estética del conjunto. En cuanto a la iluminación, las discretas barras técnicas se fusionan con la arquitectura sin alterar su esencia.
El aislamiento acústico, un desafío técnico prioritario por la proximidad de las vías férreas, se resolvió mediante vidrio laminado templado triple en todos los cerramientos: arcos y tabiques. Este sistema permite la operación simultánea de la estación y la Sala São Paulo sin interferencias acústicas. El vidrio preserva la transparencia visual entre espacios sin afectar la calidad sonora.
La remodelación también incorporó áreas de apoyo como camerinos, salas para músicos, almacenes y un montacargas exclusivo, situado en el área posterior del edificio, junto a la vía férrea. El nuevo acceso cuenta con ascensores independientes, conectando la planta baja y el sótano con el espacio principal, y con café-bar móvil para servicio durante las funciones y otros eventos.
Así, la Estación se ha convertido en un espacio dedicado a los múltiples lenguajes del arte: desde la música de cámara hasta el jazz, desde la música popular brasileña hasta el teatro y la danza, además de las actividades formativas y educativas que ya florecen en este espacio.
Ahora rebautizada como Estación Motiva Cultural, este espacio histórico emprende su viaje más
significativo: como lugar de encuentro, memoria y creación.